Arte como reclamo social
Las luchas sociales suelen utilizar distintos recursos para difundir su mensaje, para explorar aspectos de su ideología, para plasmar sus exigencias en espacios variados y para hacer oír. El arte feminista es uno de estos recursos, ya sea como pintura, música, danza, literatura, cine, etc.
En Latinoamérica el feminismo toma gran fuerza debido a la urgencia que se deriva de las condiciones de las mujeres en estos países: los altos índices de feminicidios, de violaciones, de acoso sexual y de la situación de violencia y desigualdad de género. México no es la excepción, por lo que los movimientos feministas han tomado cada vez más importancia en el país y reúnen a millones de mujeres que protestan por su seguridad.
Según un artículo de El País, “De enero a noviembre de 2021 en México fueron asesinadas 3 mil 462 mujeres, un promedio de 10 al día. Del total de mexicanas asesinadas, 2 mil 540 fueron víctimas de homicidio doloso, mientras que 922 sufrieron feminicidio por razón de su género, de acuerdo a los datos del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SNSP)”. Según datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), recopilados por Animal Político, entre el 2014 y 2018 se denunciaron diariamente, en promedio, 79 delitos de posible violación y abusos sexual.
En este contexto de violencia, las mujeres han encontrado en el arte no sólo un escaparate para sus reclamos sociales, sino también un espacio para generar comunidad, para compartir experiencias y para revivir la esperanza. La fuerza y la persistencia de la lucha conviven con la creatividad y la sensibilidad del arte.
"El arte con sus propios medios tiene la capacidad de movilizar tanto individual como colectivamente, esto implica reconocer que no es un recurso sino que en sí mismo el arte contiene una potencia que logra no solo mostrar, transmitir, sino incluso incidir en transformaciones sociales" (Ana M. Castro, 2018)
Anaí Tirado es una fotógrafa de la Ciudad de México. Es principalmente conocida por la serie de imágenes que tomó de las vallas que fueron colocadas alrededor del Palacio Nacional en la marcha del 8 de marzo del 2021.
El colectivo feminista Antimonumenta convocó a intervenir estas vallas en señal de protesta. Los nombres de miles de mujeres víctimas de feminicidios y de abuso fueron pintados en ellas También se observaban flores, fotografías, cruces rosas, carteles de desaparecidas, entre otros elementos que hicieron de esta muralla una ofrenda.
Tirado realizó un registro fotográfico de este suceso y publicó, junto con la editorial feminista Gato Negro Ediciones, un libro fotográfico llamado Aún te espero. En la presentación del libro, la fotógrafa mencionó que el título está inspirado en una frase de las vallas, que es un llamado a las mujeres desaparecidas, pero también es un: “aún te espero, justicia”.
Le preguntamos a Anaí Tirado
¿De qué manera crees que la fotografía se relaciona o interactúa con el feminismo?
R: Mucho es el registro de eventos feministas, de marchas, etc. Pero creo que también como medio artístico, como cualquier otro medio artístico, es una forma de expresión. El arte feminista busca hablar de lo que es ser mujer y todo lo que eso significa.
Tanto las problemáticas de género, las violencias, los padres, las vivencias y sobre los diferentes tipos de mujeres. Entre mujeres de diferentes colores, edades y nacionalidades.
¿Cuál crees que es el papel del arte en las luchas sociales?
R: Creo que es muy importante porque cualquier movimiento o lucha social se beneficia de tener íconos, de tener imágenes y eso es lo que el arte les da, lo que el arte aporta. Todos podemos recordar imágenes de luchas sociales anteriores, no sólo del feminismo. Desde Black Lives Matter, de la lucha de los derechos civiles en los Estados Unidos, de Ayotzinapa, de No más Sangre, del Movimiento por la Paz en este país. Todos estos íconos son parte fundamental de los movimientos sociales.
Arte urbano – Hokzyn
Las calles han sido un territorio principalmente dominado por hombres. Es por eso que el aumento de artistas mujeres en el arte urbano ayuda a cambiar la narrativa artística desde el lugar más accesible para todos: el espacio público.
Hokzyn es una artista visual originaria de Baja California, quien se especializa en la técnica del stencil. Realizamos una entrevista con ella y nos explicó por qué eligió la calle como soporte para sus obras.
R: Me gusta la calle porque es un espacio donde hay una libre interpretación de lo que sea que se manifieste allá fuera. Me gusta que no hay necesidad de tener un estatus social o ciertos privilegios para poder observar y participar de lo que se pinta en la calle.
Entonces me gusta generar contenido para la calle porque la gente lo ve y tiene libertad de opinión, de decir lo que sea, de gustar o no gustar y no necesariamente prestarle un enfoque desde la perspectiva del arte, sino más bien desde la perspectiva social y de la vida cotidiana.
Cuál fue la idea detrás de la obra Broken System?
R: Fue como una especie de cuestionamiento, una crítica hacia las estructuras relacionales, como la familia, que en la sociedad estamos acostumbrados a tomar por sentado. Para mí lo político es muy personal y me gusta generar cuestionamientos desde lo personal antes de hacer algo más político o subversivo.
Por eso, esa pieza tiene que ver con la distorsión de los roles en la familia, de los roles de género, de las posiciones sociales. De lo que la sociedad nos dicta que tenemos que ser y de nuestros papeles y nuestro juego dentro de todo este gran mecanismo.
¿Cuál crees que es el papel del arte en las luchas sociales?
R: Creo que para eso está el arte, para eso sirve. Para mí todo el sentido que pueda tener el arte siempre tiene que estar relacionado hacia temas sociales, políticos, de relevancia como personas. Para mí, el papel del arte o de las formas de expresión que se dan, siempre es sumamente relevante y necesario en cualquier movimiento que suceda.
Música y danza
El arte feminista también incluye canciones que se convierten en himnos de lucha, danzas que reflejan el malestar social e intervenciones artísticas que se replican en las manifestaciones sociales. La música y el baile son de suma importancia en las comunidades latinas, por lo cual es natural que estas se utilicen para reflejar la realidad de estos países.
A continuación, hay unos ejemplos de estas expresiones artísticas. La Canción Sin Miedo de la cantautora mexicana Vivir Quintana se ha convertido en un grito de lucha para las mujeres. Esta ha inspirado también presentaciones dancísticas, como Danzando sin miedo, que tomó lugar en Torreón, Coahuila coreografiado por Suha Poulain.
Un performance feminista que ha dado vuelta al mundo es Un violador en tu camino, que fue presentado originalmente en Santiago, Chile por el colectivo Las Tesis. Y por último, una canción tan desgarradora como potente, Querida Muerte (No Nos Maten) de la cantautora mexicana Renee Goust.
Iconoclasia
La iconoclasia es una protesta a través de la destrucción o intervención de símbolos, como por ejemplo monumentos y espacios públicos, con fines políticos o sociales.
Este recurso se utiliza en gran cantidad de manifestaciones sociales, incluyendo en el feminismo. La calle se convierte en el lienzo para exigir justicia a las autoridades y también se puede usar para rechazar la ideología que un ícono representa.
Importancia de las mujeres en el arte
Al haber más mujeres creadoras de arte, se generan más cuestionamientos sobre los cánones impuestos desde el arte occidental. En este, la figura femenina ha sido protagonista, pero en su mayoría vista desde la perspectiva masculina.
El arte y los medios de comunicación promueven ideologías y reafirman estereotipos. Al tener más espacios en este gremio, las artistas se replantean el papel tradicional de la mujer, redireccionan las conversaciones y otorgan una perspectiva de la mujer propuesta por ellas mismas.
Esto les permite adueñarse de narrativas que les han sido arrebatadas por mucho tiempo y esto también es un gran acto de movilización social.
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