Es bien sabido que las personas lesbianas, gays, bisexuales, trans, travestis e intersexuales (LGBTTTI) siguen sufriendo discriminación. Tanto ellas como cualquier otra persona cuya orientación sexual, identidad o expresión de género sea diferente a lo que la sociedad considera como “correcto” o “común”.
Esta violencia y discriminación que se ejerce a la comunidad tiene su origen en la ignorancia respecto al tema, y por solo tener de referencias prejuicios y estereotipos erróneos que se le adjudicaron a lxs LGBTTTI+, van de que se les viola sus derechos humanos, cometiéndose desde amenazas, hasta llegar a los crímenes de odio.
Los agravios que más se cometen son contra los derechos laborales, según un informe que presentó la Organización Internacional del Trabajo (OIT) en el 2007, mostró un estudio acerca de cómo las personas LGBT+, comparadas con las que no, algunas de ellas tienen menores salarios, menos oportunidades de empleo, viven en malas condiciones de salud, y también sufren rechazo y violencia en el núcleo familiar afectando psicológica y emocionalmente al individuo.
Por las razones ya mencionadas, es que muchas personas LGBT+ tienen o viven una segunda vida en la cual esconden quienes son en realidad. En un diagnóstico realizado en el 2016 por la Fundación Arcoíris por el Respeto a la Diversidad Sexual A.C, y la Comisión Ejecutiva de Atención a Víctimas (CEAV), expusieron que 8 de cada 10 que postulan para un trabajo experimentan prácticas o tratos que pudieran resultar en discriminatorios.
Gerardo Izaguirre, homosexual de 26 años y egresado de la carrera de psicología de la UAM Xochimilco, comenta que nunca ha presenciado o vivido un acto discriminatorio en algún trabajo que haya tenido, afortunadamente explica que él no ha sido ni discriminado ni ha visto que alguien lo haya sido, y termina diciendo que dentro de la empresa para la que trabaja hay mucha diversidad LGBT+. Esto es un gran contraste para los datos que se mostraron en este texto del 2007 realizado por la OIT.
Esto quiere decir que, aunque siga habiendo discriminación en ciertos trabajos, es también cierto que no en todos hay un ambiente donde se viva la discriminación. En cierto punto es gracias a los medios de comunicación siendo de vital importancia ya que cualquier tipo de visibilidad es buena, es que se ha llegado a un espacio de entendimiento y reflexión donde no se busque la tolerancia, sino el respeto.
En uno de los párrafos se mencionaba que, al momento de aplicar para un trabajo, se realizan prácticas discriminatorias, siendo estas las pruebas de VIH, y es que sea cual sea el resultado no afecta el rendimiento de una persona en un empleo, así que saber el status de una persona está de más, es irrelevante, y en todo caso, solo reafirma el estigma hacia el virus.
Muchos activistas hablan de esto, como Alaín Pinzón, internacionalista y defensor de los derechos humanos. También es miembro del Consejo Ciudadano para VIH e ITS de la CDMX, y director de VIHve Libre, programa comunitario para personas con VIH+. Él se enfoca en abogar por temas como la discriminación, tanto en el sector laboral, tanto en el sector de salud de la ciudad, que ha tenido un descuido en sus pacientes desde ya hacia un tiempo terminando en negligencia.
Entonces, la discriminación no viene de todos lados, por la información que se ha brindado en las escuelas y demás, se ha entendido que en el mundo existe la diversidad, la cual no hay que temerle ni rechazarla sino admirarla, ya que es parte de este ser humano; todos con diferentes características haciéndonos únicos.
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